domingo, 2 de agosto de 2009

Improbable

Las fluctuaciones de la realidad ondean al son de las manos de “La última cena” de Da Vinci. Bueno, odio todo eso de las conspiraciones así que dejare los homenajes de obras de arte del renacimiento para alguna otra (ácida) ocasión . La cuestión es que la realidad ondea, ondea con los pensamientos. *Risas* vamos; es una broma. La realidad es la dura piedra con la que moldear nuevas posibilidades. Pero es dura, la jodida.

Una vez vi algo tan duro como para romper la realidad. La cabeza de Alex. Alex tenía la cabeza en media centena de dimensiones “extra” y se podía ver como la cabeza “fugaba” en la línea de universo a la vez que se establecían nuevos puntos de vista a través de varias dimensiones, como lentes de colores desconocidos. Podría afirmar que su ojo tenia la forma de un platano creciendo en al ritmo de un “blues” interpretado por una orquesta de monos chifados.

Alex era poeta. No podía ser de otra manera. Sus matemáticamente probables versos hacía sentir sensaciones similares a las que tendría un poliedro desgranándose en moscas de siete dimensiones.Sus estrofas creaban campos de gravedad a través del polvo y sus rimas revelaban los secretos de los ángulos erróneos.

Pero Alex, se sentía solo en sus infinitesimales facetas. Se sentía como un diamante a la duocecima potencia entre circonitas 2d. Es decir, ¿Quién podía entender una poesía que físicamente abarca mas allá que su propio marco de realidad, que ha de leerse atraves de la nubosas formas de una dimensión ya de por si incorrecta?
Alex caminó a través de los planos mentales y metafísicos para llegar a Otro Sitio. Sus versos sirvieron de lanzadera a través de varias leyes imposibles para su viaje infinito.

Quiero decir, que Alex se fue y no volvió. Quiero decir que la improbabilidad de nuestra existencia nos puede llevar a otro sitio. Somos dudosamente inteligentes en una realidad probable en algún sitio improbable en la que ideamos posibilidades para intentar aclarar nuestra dudas a través de un dialogo imposible y así agrandar el marco de lo real.

O no.